Pedir una hipoteca para comprar una finca rural tiene particularidades distintas a una hipoteca convencional de vivienda urbana. Aquí tenéis una guía clara paso a paso:
1. Definid el tipo de finca.
Primero, determinad cómo se clasifica la finca:
- Finca rústica: Suelo no urbanizable, usualmente agrícola, ganadero o forestal.
- Finca con vivienda: Si incluye una casa legalizada, puede cambiar las condiciones de la hipoteca.
Esto afecta directamente al tipo de financiación que puedes solicitar.
2. Ten en cuenta las particularidades de las hipotecas rústicas.
Las hipotecas para fincas rústicas tienen condiciones más estrictas:
- Interés más alto que las hipotecas urbanas.
- Plazo más corto (normalmente entre 10 y 20 años).
- Financian un menor porcentaje (50-60 % del valor tasado, en lugar del 80 % habitual).
- Menos bancos las ofrecen (hay menos oferta).
3. Reúnid la documentación necesaria.
Los bancos os pedirán:
- DNI o NIE.
- Justificación de ingresos: nóminas, IRPF, vida laboral.
- Detalles de la finca: escritura, catastro, nota simple registral.
- Tasación oficial (en muchos casos es necesaria).
4. Elegid el banco adecuado.
No todos los bancos dan hipotecas para fincas rústicas. Podéis:
- Acudir a entidades especializadas en medio rural (Caja Rural, por ejemplo).
- Contactar con brokers hipotecarios o gestores que trabajen con fincas rurales.
- Considerar préstamos personales si el importe es bajo y no conseguís una hipoteca rústica.
5. Alternativas si hay vivienda en la finca.
Si la finca tiene una vivienda legalizada y registrada, podéis:
- Solicitar una hipoteca mixta (urbana y rústica).
- Financiar la parte urbana con una hipoteca convencional y el resto con ahorros o préstamo personal.
Recomendaciones finales:
- Haced una tasación previa para saber cuánto os financiarán.
- Consultad con un notario o gestor sobre la legalidad de construcciones en la finca.
- Evitad fincas con cargas o problemas de segregación.